Por: Carlos Dragonné
México amaneció ayer, como todos los días desde hace muchos años, secuestrado por sus traumas y por sus miedos históricos. Esos temores sociales que han permeado a los gobiernos con base en un sector de la sociedad que, de manera sistematica, recuerda las palabras claves de los grandes temblores emocionales que han llevado a sobrevalorar el término “costo político” y que, con el tiempo, han descompuesto a una sociedad que ya no puede más con sus propias incongruencias. Déjeme explicarle.