Cinecrítica. Gravity (Cuarón, 2013)

Por: Enrique Lores      

Alfonso Cuarón ganó el Globo de Oro como mejor director por la película “Gravedad”, de la que escuché muchísimos comentarios antes de verla. Algunos me dijeron que era la mejor película del año, otros me dijeron que era una mala película sobrevalorada. Pero más allá de unos u otros comentarios, el filme trajo a mucha gente hablando durante varios meses. Aunque a meses de su estreno, aquí está mi postura sobre el filme.

Todo comienza con un texto bastante claro que afirma que en el espacio la vida es imposible. De ahí, nos vamos a tres astronautas que trabajan arduamente alrededor de una nave que flota a varios kilómetros de la tierra. Bueno, la Dra. Stone trabaja, porque los otros dos están más bien divirtiéndose. Uno de ellos, Kowalsky, es un astronauta veterano en su última misión antes del retiro que se la pasa contando historias chuscas sobre sus experiencias en la tierra y fuera de ella. El otro es Dasari, que se la pasa jugando con la falta de gravedad.

La película no utiliza mucho tiempo para presentarnos a los personajes y, antes de siquiera estar lo suficientemente cómodos en la butaca del cine, Houston les avisa que un satélite ha estallado y que deben entrar a la nave cuanto antes, pues están en peligro de que una lluvia de basura espacial llegue a ellos. Desde luego que la basura llega y hace pedazos la nave y la estación espacial. Excepto Kowalsky y Stone todos los demás mueren. Sin estación espacial, Stone sale volando hacia el vacío del espacio.

Después de unos minutos de soledad en esa negrura absoluta y silencio mortal, Stone es rescatada por Kowalsky. Él es un astronauta experimentado y ella está en su primer viaje al espacio después de haber resultado terrible durante el entrenamiento en simuladores de vuelo.  El oxígeno escasea y el movimiento de sus trajes espaciales es limitado. Ambos deberán encontrar la forma de sobrevivir en lo que es quizá el ambiente más agresivo en el que puede hallarse un ser humano.

Primero que nada quisiera hablar de lo que no me gustó. No me gustó que se digan tantas maravillas de esta película. Es un filme de supervivencia como hay muchos otros allá afuera. Se trata de seres humanos intentando vencer todas las probabilidades que hay en su contra, se trata de seguir adelante, se trata de no rendirse, de mantener siempre viva la esperanza. Hemos visto muchos filmes así, algunos más filosóficos, otros más superficiales… pero “Gravedad” no nos cuenta nada nuevo ni nos lo cuenta de maneras nuevas, lo único que hace es ponerlo en un escenario que rara vez ha sido visitado por el cine desde este punto de vista. De eso hablaré en la parte positiva.

Otra cosa que no me gustó fue lo que yo llamo “servicio tridimensional”. Sí, sí, ya sé que lamentablemente la Tercera Dimensión es lo de hoy y que poco a poco las películas van a terminar siendo tridimensionales todas. ¿Por qué me molesta? Porque ahora no sólo tenemos a cineastas más preocupados por los efectos especiales que por la historia, sino por efectos especiales que se “salgan” de la pantalla. Aquí, Cuarón prefiere en muchos momentos apuntar su cámara a tornillos y desarmadores que salen “volando” hacia la audiencia en lugar de mostrarnos los conflictos humanos. ¡Esperen! No me malentiendan, prefiero la Tercera Dimensión en manos de Cuarón que en manos de Tim Burton o James Cameron, sin duda, pero no dejo de pensar qué nos están dejando de mostrar por mostrarnos ese tornillo que vuela hacia audiencias que prefieren el “ohhhh” de que se ve bien bonito y no el “ohhhh” de ¡que buena historia!

Mi tercera queja es Sandra Bullock. No sé, no me convence. En “Gravedad” Bullock tiene escenas que le salen bien y otras en donde no nos comunica absolutamente nada. Ganó un Óscar totalmente inmerecido por “Un Sueño Posible” (The Blind Side) en donde interpreta al cliché más absoluto de la norteamericana tradicionalista sureña. ¿Qué más? No lo sé, no le conozco un personaje que sea sobresaliente sin la ayuda de sus coprotagonistas. El problema es que todo el peso de “Gravedad” lo lleva ella sobre los hombros y no considero que sea lo suficientemente convincente. Por ello son necesarios los efectos especiales que vienen a ayudarla en momentos clave del filme que bien pudo mantenerse humano.

En este filme las cosas estallan, se rompen y vuelan en mil pedazos sin hacer el menor ruido. Durante todo el filme nos acompaña la respiración de sus protagonistas mientras millones de piezas de satélites, naves y estaciones espaciales sufren del colapso absoluto. Por ello la pista sonora es maravillosa a pesar de que parece no haber ninguna, porque aquí en la tierra no estamos acostumbrados al silencio total y absoluto del espacio.  ”Gravedad” critica con claridad aquella falsa idea pseudo-optimista de que el universo está de nuestro lado para demostrar, con creces, que el universo no sólo no está de nuestro lado, sino que nos puede destruir sin miramientos. Cuarón no nos comunica el amor por el espacio del que Kubrick habla en su maravillosa “2001: Odisea en el Espacio” en donde las estaciones espaciales eran objetos preciados de la evolución humana. El director mexicano afirma, con claridad, que los mayores logros humanos desaparecen de un soplido con una sola cosa que salga mal en un lugar tan inhóspito como el espacio exterior.

Pero, en toda esa destrucción, en todo ese peligro, la esperanza y la lucha por la vida de un solo ser humano sobresalen por encima de toda la tecnología y el peligro de la negrura infinita. Cuarón nos lleva de la mano de un personaje que nos deja bien claro, y sin dramatismos absurdos, que aún cuando parezca que no tenemos nada por que vivir, el impulso de supervivencia es más fuerte que la sangre y la destrucción, la desesperanza y la muerte. Stone no tiene en su vida nada que la impulse a volver más que aferrarse con uñas y dientes a su propia existencia. Los personajes de este filme viven y mueren con resignación, pero nunca sin miedo.

Y todo esto es acompañado de simbolismo visual maravilloso del que ya casi no se usa en el cine de Hollywood. En la travesía de Stone por el espacio, aquella travesía que la lleva a enfrentar la muerte segundo a segundo, Cuarón nos entrega imágenes que resuenan en nuestra mente, imágenes que no están atadas por la cultura o las fronteras. Vemos a Stone volverse una niña en el vientre de una madre, (re)nace luego de ella, aferrándose a la vida como un bebé que deja la seguridad (y destructividad) del útero. Vemos a Stone (re)descubriendo la tierra, tierra nueva y fértil. Símbolos que resuenan, como diría Campbell, en nuestro inconsciente colectivo.

Finalmente, no puedo dejar de comentar el trabajo maravilloso del director de fotografía Emmanuel Lubezki, que nos deja más que claro que los efectos especiales están al servicio de la historia y no al revés… y que aún con esos tornillos que vuelan hacia la audiencia, las computadoras que generan esas imágenes tan realistas deben estar siempre y en todo momento para contarnos mejor la historia. Bravo por su fotografía. En una nota personal, este es el tipo de filmes donde usar imágenes a computadora es aplaudible, a diferencia de aquellos como “Una Aventura Extraordinaria”.

Aunque algunos me dijeron que es una película lenta, a mí no me lo pareció en lo absoluto. De hecho se me pasó bastante rápido y terminó antes de que me diera cuenta. Y sí, estuve en la orilla de mi asiento, emocionado y angustiado, en más de un momento. También me hizo pensar sobre la fragilidad de la vida, la confrontación del duelo y dónde está el verdadero valor de la existencia en este universo del que somos sólo una pequeñísima parte.

¡Buena Suerte!